Tuxtla Chico: La última parada del Trotamundos

Tuxtla Chico, pueblo multicolor, nos trae una historia nacida de la fe hasta ser una tradición que trasciende de una generación a otra y que emana fuera de sus fronteras.
El misticismo al mes de febrero, mes de su “Virgen de Candelaria”, es el mes donde se conjuga el sol y las nubes. Donde los corazones de sus lugareños, se alistan para celebrar su fiesta patronal.
Esta fiesta a su Señora de la Candelaria o Fiesta de la Candelaria es una celebración popular realizada por los feligreses cristianos, se vuelca la fe católica, es su tradicional fiesta popular.
La historia nos remonta a que la Virgen de la Candelaria, apareció en Tenerife (Islas Canarias), al sur oeste de España, a principios del siglo XV y precisamente aquí en México, en Tuxtla Chico, el 2 de febrero es día grande.
Su fiesta se celebra, según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento.
En síntesis, la Fiesta de la Candelaria en Tuxtla Chico es una festividad llena de magia, colorido y fervor religioso que se debe vivir.
La elaboración de sus alfombras artísticas, específicamente para resaltar esta hermosa fiesta patronal en honor a su Santísima Candelaria, lo hacen un municipio especial.
Tuxtla Chico, la última parada del trotamundos, es también la puerta sureña de la cultura precolombina, es uno de los municipios más antiguos de la región, narra la escritora Andrea Abarca Orozco.
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